FRANCISCO AZÓCAR BOBADILLA: “un criollo profundamente comprometido con la región”

Helena Ediciones publica obra póstuma de cuentos y poemas de autor maulino.

Un nuevo proyecto literario denominado “Mi país, es el país del Maule” que rescata el patrimonio cultural de la región, en especial, del mundo rural y el quehacer cotidiano, ya está a disposición del público en una edición que incorpora ilustraciones y fotografías a todo color, donde escenarios campestres y naturales fortalecen la propuesta de su autor.

Francisco Azócar Bobadilla (1927-2000), nació en la ciudad de Yerbas Buenas. Fue un hombre de familia, apegado a la tradición, historia e identidad de su tierra, pero no por ello retrógrado, ya que tenía un pensamiento progresista. Se caracterizó por su espíritu solidario, de servicio comunitario, y apoyo a la cultura, por lo que, ocupó diversos cargos honorarios y profesionales en su ciudad natal, así como, en Retiro, Villa Alegre, Colbún, Linares, Longaví, Parral, Cauquenes y Talca.

Fue el primer Director de Obras Municipales que tuvo Villa Alegre, en 1974. Desde 1980 al 1992 fue director del Colegio de Constructores Civiles de la Región del Maule, y en diciembre de 1992, recibió el premio “Henrique Hewstone Burotto”, al constructor civil más destacado del país por parte de dicho colegio. En abril de 1990, fue nombrado Secretario Ministerial de Obras Públicas de la Región del Maule, por mencionar algunos cargos. Además, fue presidente del Club de Leones  de Talca, por tres períodos, entre 1994 y 1997, y fue quien incorporó a dicho club, a las mujeres solteras, viudas y divorciadas.

Con su cuento “El Contrato”, obtuvo el primer lugar en el concurso de cuentos auspiciado por la Municipalidad de Cauquenes (1975); con “Los Robles”, logró el segundo lugar en el concurso de cuentos auspiciado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en su XII aniversario (1976); y con “Las señoritas Antúnez”, ganó el tercer lugar en los Segundos Juegos Florales de poesía y cuento Gabriela Mistral, auspiciados por el Ministerio de Obras Públicas (1980). Cuentos incorporados en esta obra. 

El autor de “Mi país, es el país del Maule” fue padre de 7 hijos; con su primera esposa Luisa Zubicueta Von Tank, tuvo a Marianela, Angélica, Francisco, Loreta, Rodrigo, y Alejandro, y tras quedar viudo, contrajo nupcias con Hortencia Villalobos Castillo, con quien tuvo a Gonzalo.

Es, la mayor de sus hijas, Marianela, quien ha encabezado el proceso de recopilación e edición de la obra de su padre. Ella, junto a sus hermanas y hermanos querían ver concretada la publicación de cuentos y poesías que Azócar Bobadilla fue creando con el paso de los años.

En el ámbito cultural, cultivó una amistad con el pintor Pedro Olmos y con el escritor y abogado, Manuel Francisco Meza Seco, con quienes promovieron la creación del Museo Histórico y Biblioteca “Casa del Brigadier Pareja” en Yerbas Buenas; y el Museo de Arte y Artesanía y la Biblioteca Nº8 de Linares, por mencionar algunos aportes.

Él se definió como “un criollo profundamente comprometido con la región, a la que siento como mi país de origen y que nombro como el país del Maule”, y es en este libro donde expresa dicha aseveración.

Su hija Marianela, nos comparte un poco más de su padre.

por romy bernal díaz

Como el autor no está entre nosotros, es importante saber, ¿quién decide crear esta obra, recopilar los cuentos y poemas reunidos en este libro?

Cuando el autor se enfermó, estaba recopilando sus cuentos y poemas para hacer un libro. Los tres hijos mayores decidimos, seguir con su trabajo y entre mi hermana Angélica y yo, comenzamos a ordenar, desgraciadamente, pasaron años puesto que cada vez que nos sentábamos a trabajar solo surgían lágrimas, hasta que, finalmente, lo logré.

Como apasionado de las letras y la cultura tradicional del Maule, ¿existe una historia o anécdota que les narrara que recuerden hasta hoy?

En efecto, hay varias historias narradas por él, generalmente, a sus historias les ponía fantasía, se recuerdan con amor.

La más recordada es respecto a las correrías de los bandidos “Pincheira”, nos contaba que recorrían la cordillera desde Talca a Parral y bajaban a ciertos fundos por su “cobro de protección”, dinero que les pagaban mensualmente para no ser asaltados. Los tíos Bobadilla del autor, pagaban por ello, tenían tierras en Yerbas buenas, Bobadilla,  Empedrado, Constitución y Talca. Su padre también lo hacía en la zona de Talca. Nos inventaba historias sobre la vida de los Pincheira, como vivían. Decía que conocía dónde y cómo vivían porque recorría la cordillera con un mozo de campo, de ahí salían “dichos divertidos” como cuando alguien se iba de su casa porque engañaba a su mujer con otra, decía “se arrancó ensillado”, o el dicho típico “No vale nada es como, tetera sin pico”, los señores acomodados en sus paseos por la cordillera calentaban su agua o su té en una tetera pequeña y los mozos en un tarro con un alambre como manilla.

Como ilustradora del trabajo de su padre, ¿fue fácil o difícil interpretar sus textos?

Fue fácil, debido a que lo escuchábamos cuando los creaba y a los que no son sus hijos tampoco les fue difícil, porque les contábamos anécdotas de él.

Si tuvieras que dibujar una imagen de lo más significado de la cultura maulina, que tu padre recoge en esta obra, ¿qué sería y por qué?

Serían dos huasos sentados a la sombra de un árbol, tomando mate o vino con los caballos amarrados en un árbol cercano y un par de perros echados a los pies de estos hombres, atrás se vería el paisaje de la Laguna del Maule o del cajón del Río Achibueno. Porque es la esencia del Maulino hasta hoy.

Ahora que ven su obra publicada, ¿qué sienten o quieren compartir con los futuros lectores de este libro?
Definitivamente el amor por su tierra, tanto para “El país del Maule” como otros lugares, todos debemos amar la tierra en que nacimos, acogerla como ella lo hizo con nosotros y contribuir al bienestar y el progreso.

¿Existen otros manuscritos del autor que vayan a publicar en el futuro?
Existen, aun no lo hemos decidido.

¿Qué le dirían a Francisco Azócar Bobadilla, hoy, cuando este libro comenzará un recorrido cuyo destino no está escrito?

Le diríamos que lo admiramos, principalmente, por el amor y el trabajo que puso en su tierra, su región tuvo grandes aportes de su parte, en cada evento que significaba progreso estaba él presente, aportando sin obtener a cambio nada más que satisfacción.