CLAUDIO TAPIA-INOSTROZA: “Creo que frente a este sistema represivo (…), no queda más que atender la resiliencia que llevamos, siendo capaces de solidarizar con los más desposeídos del sistema”

Helena Ediciones edita primera obra literaria de pintor y muralista talquino.

Año: “2021”; Título de la obra: “Mes del libro en segundo año de pandemia”.

Públicos dormidos y confinados en encierros eternos, obligados y voluntarios, han tenido al quehacer artístico-cultural en crisis, si antes de la emergencia sanitaria era difícil para las y los artistas dedicarse a la creación, en el actual escenario virulento, el camino es cuesta arriba; por ello, muchos se han reinventado y adaptado sus propuestas a la impersonal modalidad online. Todo, para sobrevivir en un país donde la cultura es un bien de consumo que sólo algunos privilegiados pueden adquirir de forma permanente, y donde a quienes transitan este sendero se los ha calificado como flojos, fuera del sistema, hippies, simpáticos o, simplemente, como personas que no son capaces de encontrar un trabajo normal, como si crear cultura no fuese importante.

Pese a los sinsabores, este prolongado vaticinio de muerte anunciada, ha invitado a creadores a reflexionar sobre su destino, su paso en la tierra, y cómo compartir aquellos mundos interiores, investigaciones y percepciones que merecen permanecer en el tiempo, a través, de un testimonio escrito.

“La Misión”, de Claudio Tapia-Inostroza, es la primera novela que Helena Ediciones publica este año, pero es el segundo libro de seis que nuestro emprendimiento ha concretado a la fecha; un número inesperado cuando en otras áreas ha decaído la producción.

Tapia-Inostroza nació en Talca en 1967. Creció en dos villas cuyos nombres de pintores —Rembrandt y Van Gogh— lo sedujeron de tal forma que lo empujaron, junto con sus anhelos, a expresarse por medio de trazos coloridos en trozos de tela, que a veces eran reemplazados, por todo tipo de soportes descubiertos por la astucia de este artista visual, pintor, muralista, Licenciado en Artes Visuales, de la Universidad Autónoma de Chile (2008-2012), y con un diplomado en Historia del Arte, de la Universidad Adolfo Ibáñez (2020).

Esta novela es una obra que rescata el patrimonio universal, pero también nacional, ya que el protagonista dialoga con pintores extranjeros como Van Gogh, Gauguin, Artaud, así como, aquellos chilenos olvidados Valenzuela Puelma, Umaña Bascuñán y Veloso Farías. En sus páginas encontrarás a un autor que vive realidades compartidas con su protagonista, por lo cual, este libro no dejará a ningún lector insatisfecho, aunque tal vez adicto a una secuela que concluya con todas aquellas dudas existenciales que despertará.

Cómo Tapia-Inostroza termina reemplazando el pincel por la pluma para dar vida a esta propuesta literaria, es algo que te invito a leer a continuación.

POR ROMY BERNAL DÍAZ, PERIODISTA

Señalas que vivir en dos villas con nombres de pintores marcaron tu vida, ¿podrías contarnos de qué modo?
Por supuesto, si consideras que desde los tres años de vida, escuchas un determinado vocablo, no muy convencional por lo demás, posteriormente y en conocimiento del lenguaje, inicias una investigación autónoma no impuesta acerca del nombre de un determinado Sector, Villa o Población, vas relacionándote con el fonema, el cual te identifica involuntariamente y una vez consciente asocias conceptos, oficios y actitudes (del personaje) a la atención intrínseca, el condicionamiento será espontáneo y nutritivo, siempre y cuando el oficio de aquel personaje esté vinculado a tus intereses y posteriormente a tu quehacer.

¿Cómo un artista visual, pintor, se vuelca a la obra literaria?
En mi caso, recuerdo que desde niño fui un observador, tomaba apuntes de lo que me interesaba, sensaciones, pensamientos, etc. no obstante, considero que dentro de las Bellas Artes, existe una coerción positiva entre ellas, acción que facilita la libre expresión, en donde la articulación de ideas y técnicas no reprimidas, autorizan y justifican la oportunidad y acción de manifestación, por tanto no fue complicado… (ríe).

¿A través de este libro quisiste hacer un reconocimiento a pintores extranjeros y nacionales? ¿Por qué?
Creo mucho en el desarrollo de los artistas en cada una de las disciplinas que se presentan, sin embargo, el éxito (que por cierto es subjetivo) está limitado al contexto socio histórico y cultural. Es por esta razón que en mi obra La Misión, he intentado unificar los conceptos de personajes universalmente conocidos que gozaron del auge cultural en un determinado contexto de tiempo, frente a nuestros representantes nacionales/regionales, ya que si estos últimos hubiesen vivido en aquel contexto, tenlo por seguro que los intereses Hollywoodienses, habrían usufructuado considerablemente, invitando al gentío a su reconocimiento perpetuando su obra.

¿Por qué, en específico, elegiste a Van Gogh, Gauguin, Modigliani, Artaud para ser parte de esta obra?
Bueno, son siete pasajeros más el personaje principal, aparte de los tres consultados. La respuesta es simple y obedece a un reconocimiento del proceso de alienación de estos, que sin mediar socialmente, calaron en las personas posteriormente, considerándoles Genios, sin embargo el concepto de Alienación los crucificó en su momento, marginándolos y encaminando su producción más allá del infinito durante su breve estadía en el planeta.

Al igual que en la pregunta anterior ¿Por qué elegiste a estos pintores nacionales?
Idem…(ríe). Obviamente con el objetivo de enaltecer la importancia memorial de los creadores habitantes decimonónicos del fin del mundo.

¿Esta es una obra de carácter biográfico o de ficción?
Todas las anteriores. La ficción se entrelaza en amenas conversaciones con estos siete célebres, no obstante, cada situación, cada argumento manifestado por cada uno de ellos se sostiene de un sólido marco teórico, que te invita a conocer más de la vida y obra de estos seres abrumados por la muchedumbre.

¿Cuál fue tu mayor desafío al escribir “La Misión”?
Básicamente, lograr que el conocimiento de las personas, unifique los criterios y concepciones mal entendidos y enfocarlos en la supremacía de la unidad como herramienta central para conseguir lo anhelado…

¿Estás trabajando en alguna otra obra literaria, si es así, de qué trataría?
Si, en realidad ordenando escritos, ensayos, pensamientos, poesía y cuento de corte surrealista.

¿Cómo te has sentido y qué reflexiones haces como artista frente a esta pandemia?
Creo que frente a este sistema represivo e involuntariamente necesario, no queda más que atender la resiliencia que llevamos, siendo capaces de solidarizar con los más desposeídos del sistema, aportando con un discurso, si bien sensible, sólido a la hora de enfrentar situaciones cotidianas que contiene el hacinamiento y a veces perturba la sana convivencia. A poco más de un año de incertidumbre, divergencias y discursos poco claros, considero que la Visión del artista, debe ser claramente vitalista frente a la única Misión, que es contribuir a la consecuencia, tranquilidad y solidaridad de las personas en el orbe. Si bien es cierto que el actual desgobierno, no ha sido un agente colaborador a la situación particular de la actividad, es cuando no debemos claudicar, es más, propende un escenario propicio para destacar el aporte que cada uno de nosotros podemos realizar, evidenciando la carencia, frialdad y desinterés de las autoridades en función de la sanidad psicosomática de la nación.

¿Qué opinas sobre las políticas públicas, programas, o apoyos que ha realizado la autoridad gubernamental frente a la crisis sanitaria en el ámbito artístico-cultural?
No existen políticas públicas para estos efectos, lo que ha sido manifestado con la posición ministerial sobre “El NO aporte” a la cultura, ya que es considerada innecesaria. Viviendo dentro de este estancamiento poco amigable, es cuando los artistas han sacado lo mejor de sí, buscando alternativas prácticas de convivencia e interacción con las personas y con sus propios recursos engalanar la contingencia a través de un lápiz, un vibrato, un pincel, una sonrisa y, en silenciosa soledad, los extraños seres, sin siquiera una convocación, han intervenido espacios y contextos inesperados manteniendo la disciplina y coherencia que amerita la situación.

Ahora que has incursionado en la literatura, ¿cuál sientes que será la técnica artística que conducirá el futuro de Claudio Tapia-Inostroza, el pincel o la pluma?
Realmente y, como señalé al principio, considero pertinente realizar mixturas y sacar todo lo que más  pueda en función de la representación de ideas, sugerencias, anhelos y frustraciones en consideración de los nuevos creadores, es decir, gestar una sincronía entre los productores/artistas de los nuevos tiempos incentivando la humildad, sencillez y concreción de los diferentes discursos.

¿Podrías describir en tres líneas tu propuesta literaria y, de este modo, hacer una invitación a las y los futuros lectores a perderse en tu novela?
Una obra, en donde el lector podrá introducirse en un místico laberinto de ideas y concepciones que sacudieron a los personajes citados. Una obra de carácter gratamente pedagógica que invita e incita a indagar más acerca de cada uno de estos, logrando unificar y armonizar el sueño de muchos pensadores/artistas y no artistas frente a una sociedad, que sin lugar a dudas y, de no ser por esta meritoria actividad, hace ya tiempo, hubiésemos sucumbido frente a las aberraciones que nos presenta el cotidiano.