Claudio Oyarzún Chávez: “el acto de publicar es de abandonar y adandonarse”.

Helena Ediciones edita dos obras poéticas y una novela del autor molinense.

La pandemia no ha detenido la producción literaria de Claudio Oyarzún Chávez, académico y autor de cuatro libros desde 2021 a la fecha. Tres de éstos publicados con Helena Ediciones: los libros de poesía “Velas de Barrio. (Cuatro poemas del viento en el Maule)” (2021) y “Las Mirmiciadas. Poemas del duende Mirmiciades al valle maulehuino” (2021), y la novela “El orden de la lluvia” (2022).

Oyarzún nació en Molina, el año 1962. Casado con Paola; padre de Renato, Muriel y Mateo. Es profesor de Estado en Castellano, Magíster en Educación Basadas en Competencias. Profesor de Didáctica de la Literatura, Magíster en Educación, Doctor en Pedagogía y, actualmente, se desempeña como académico en la Universidad de Talca.

Diseñador y creador del Magíster en Literatura de dicho plantel universitario, actualmente, Magíster en Educación de las Humanidades: Literatura y Artes Visuales. Como docente en el Programa de Formación Fundamental —que busca la formación integral de personas con una visión global y socialmente responsables—, Oyarzún motiva a las y los estudiantes a expresarse en lenguaje literario, en distintos soportes, ya que el “el aula se transforma: somos textos”, indica.

Asimismo, el autor ha obtenido premios y reconocimientos por su trabajo literario, entre ellos, el año 2004, durante la celebración del centenario de Pablo Neruda, el primer lugar de poesía “Estación Neruda”, de la Municipalidad de Talca y, por otro lado, obtuvo el segundo lugar “Kiries Terrae Ad Ovo, Finis Terrae”, en “Nueva Antología poética de América”, de Editorial Nuevo Ser, Buenos Aires, Argentina.

En sus propuestas literarias la fuente de inspiración es la Región del Maule, sus fábulas, tradiciones, oficios, costumbres y paisajes; así como, localidades como Mataquito, Huerta de Maule, Curanipe, y Molina, su tierra natal. De este modo, su obra rescata el patrimonio cultural y natural, y pone en evidencia como lo mítico, lo colonial, lo tradicional, el mundo campesino y natural del Maule, entre otros, se enfrenta al acoso de la modernidad y la explosión urbana.

Les invitamos a conocer en profundidad en su peculiar estilo, pese a que plantea no tenerlo, qué lo motiva, cómo inserta la veta de escritor en su trabajo como docente, qué prefiere como género literario, y de qué tratan sus libros, los cuales señala “ya nos son míos, son de quienes los leen o leerán”.

por romy bernal díaz, periodista

1 ) ¿En qué período de la vida Claudio Oyarzún Chávez se enamoró de la escritura creativa?

  • Antes de llegar la década del 80, en la cual estudiaría pedagogía en Castellano en la Utalca, ya escribía todos los sueños, llenando cuadernos y cuadernos. Ese flujo onírico me parecía interesante, muy cargado de agnosis —ese cruce del conocer al otro o no conocerlo antiagnosis—  me atrapaba y me cuestionaba la realidad. Me pedía una interpretación de la historia muy disímil a la realidad, entendida como sujeto —objeto—, el acontecer onírico en el plano de su historia era inestable, fugaz, no se podía atrapar desde una causalidad eficiente de visión Aristotélica. Los episodios se contraponían, se disloca el acontecer y la trama era efectivamente incomprensible, pues los personajes habitaban o deshabitaban, se bajaban de la lógica que sostenía aquello que leía en esos momentos, ese contar onírico fue el ejercicio para la escritura creativa, un trasfondo donde las ventanas de la razón no llegan y dónde los parámetros del orden —entendido como la racionalidad, mejor expresada como irracionalidad modernista en la cual estamos metidos—, se asume con gabinetes no acostumbrados, y ese supuesto desorden es el motus (motor) de la escritura en un proceso de estirar la palabra —como mínima unidad de frase narrativa— al tramado que solicitan sus personajes. No es que no creé los personajes, no por el contrario o por contrafactum del tropo, aparecen, nacen y se aseguran que les vivas y los expreses en un suceso cuyo origen es la letra, aunque no su maná. Ahora en aquello de enamorarse, comienza antes de la escritura es el en-amor-miento [este sufijo es muy veleidoso, no tiene adyacencia con el verbo mentir, pero se escribe idem] Así el estar en estado amor las percepciones son articuladas a la creatividad, el amor es creativo, pues es alegre, pacífico, amistoso, protector, en fin… eso si hay que evitar la poesía amorosa como catálogo de certezas. Después llegó la etapa de una potente formación literaria, ese adobónico (de adobe) tiempo —fugaz pero elemental— donde tragamos o los libros de narrativa, poesía, drama, y ensayo nos tragan. 

2) ¿En su vida como académico como se inserta esta veta de escritor?

  •  Cuando creé y diseñé el Magíster en Literatura en la Utalca, tuvo modificaciones y se convirtió en Humanidades y Artes Visuales, que me pareció adecuado. Este fue el primer proyecto, de tener un programa de literatura actualizado para los docentes y otras profesiones. Coordiné este programa y seguí creando y diseñando instancias de participación en la Universidad, así  existe, el concurso de microcuentos literarios y este año comienza el concurso de poesía: universitas, las dos últimas iniciativas las sostiene el Programa de Formación Fundamental, en cual me desempeño.En el primer espacio de aprendizaje, que es el aula, legitimo un derecho referido a que los estudiantes no pierden sus derechos ciudadanos, luego siempre son personas, —entitativo, que es, que existe—.Necesitamos el lenguaje literario y su desarrollo, pues es un nivel del sentido del lenguaje  disposicional. Textos breves, poesías, aforismos, frases narrativas, la voz del personaje, son soportes a esa disposición, el aula se transforma: somos textos.

3) ¿Qué lo ha motivado a ver concretados tres de sus manuscritos, con Helena Ediciones, en estos dos años de pandemia?

  • Son varias las cualidades de Helena Ediciones, adjetivizarlas no es necesario. Fundamental, eso sí declarar que sus criterios de edición y prolija responsabilidad ante el texto son de un corte excepcional, esa excepción de trato al libro, me es a gusto, ese respeto al texto narrativo o poético, los derechos del libro —aspectos muy cuestionado en otras editoriales— me parecen loables. También el además de la calidad ética e interpersonal que establecen con los/as autores/as es destacable, otro más que, es el rigor de corrección aplicado, por supuesto también, son locales e intensamente literarias.

 4) Con nosotros ha publicado dos obras poéticas tituladas “Velas de Barrio” y “Las Mirmiciadas”, y una novela denominada “El orden de la lluvia”. ¿Podría brevemente explicar a las y los lectores de qué trata cada propuesta?

  • La apertura  en “Velas de Barrio. (Cuatro poemas en el viento del Maule)” se invoca por un melisma poético que se articula con viento de cobre, viento puelche, la piel del viento y viento maulehuino. Estas sinestesias se declaran en Zarzario Gañán, quien las versa explotando la elasticidad de la palabra con un atreverse a los giros lingüísticos advertidos desde un maulehuino que es habitante y habitado por su terruño.“Las Mirmiciadas: Poemas del duende Mirmica al valle maulehuino” es de una pretensión de asumir el espacio liminal [comienzo de un algo] es como el futuro ocurriendo que modifica el pasado, cuyas versas se asoman desde un mythos en su índole de fábula a diversas localidades, “Costa de Vichuquén”, “Las faldas del cerro Caibán”, “Tórtolas en la plaza de Molina”, y otros.Para la novela “El orden de la Lluvia” la tradición oral es el riel. Su personaje es un locutor de una radioemisora, cuya vida se conecta con los radiocuentos que transmiten en su programa radial diariamente. La trama se desarrolla en un pueblo de la década del 1950 que es la ciudad de Molina, los cuales escuchan el programa de boleros y los radiocuentos que se estrecha al período de la Colonia en el Maule, algunos de ellos: “Clara, la doncella de las siete pozas”, ”De la ruta de Panamá y no la del Cabo de Hornos”, “La Gramática de Ginés de Alcántara”.

5) ¿Cómo influye el mundo rural en sus obras?

  •  De origen paternal y maternal hondamente maulino [Maulehue, maulehuino/a] el ocupar un lugar confronta un desafío, y es a la vez provocativo. Ese dínamo [fuerza] compacta un territorio que se configura a un nosotros, en este caso los/las del Maule, cuya dinámica es rural como efecto. Esta afectación es por una parte de la historia, por otra, de sus costumbres. Lo rural actúa en una glocalización de atributos que nutren la ficción. Somos un Cristo de tierra, debemos sembrar para cosechar, por diferencia hacia la costa un Cristo de agua que  recoge.

6) ¿Cómo describiría su estilo poético y novelesco?

  • De solitud, [no de soledad].  La escritura es la ocupación de la solitud, ese tiempo se cierra y se hace exposición en la palabra. Narrar o versar va al encuentro con religar hacia sí mismo/a. Si Ud intenta un diario de vida —que de hecho lo tiene— tendrá un estilo, una particular forma de cómo los predicamentos [predicados] del alma se han movido en su vida. El texto está y es uno/a mismo/a, somos texto. Lo secundario va por el aspecto de la gramática creativa, al tono de la pericia o cambio para escribir lo vivido, tanto en sí como en otros/as. No tengo estilo, cada ser humano es un estilo, cuyas tracuelas [espacio donde las precuelas y las secuelas preparan la trama] están en el día a día.

7) ¿Qué lo motivó a publicar sus libros y cuál de éstos es al que más le tiene cariño?

  • Después que se presentó mi libro de cuentos: “M.REX y otros cuentos molinenses” (Ediciones Inubicalistas 2021), un estudiante se me acercó y me preguntó:
    —¿Profe, los libros son como los hijos?
    Una sonrisa le di de vuelta.
    —No, se parecen y se aman por siempre —dije—.No tuve más que argumentar. No hay distinción, ya nos son míos, son de quienes los leen o leerán. Por esto el acto de publicar es de abandonar y adandonarse, aunque quede escrito.

8) ¿Qué es lo más difícil de expresar a través de la poesía?

  •  Es el ritmo, ese compás sutil que sólo advierte cuando entona consigo. Ese melisma tiene lo no dicho, lo no palabreado, lo no fonetizado. ¿Cómo se invoca una gota de lluvia sobre una hoja en un morfema? O ¿Cómo se llama el morfema de espacio que quedan entre sombra y sombra? Agrega a aquello un rendimiento sintáctico y semántico no usual, por ahí va apareciendo lo poético.

9) Si pudiera recomendar una poesía de cada libro al lector, ¿cuál sería y por qué?

  • Más que recomendar, diría repoetizar, pues cada lector/a  renueva, rehace, y reinterpreta en el acto de leer. En gusto está todo escrito y aquello que no lo está, es un disgusto hasta cuando se hace gusto. Acuérdate del Creacionismo y un Huidobro, y un Gómez Correa, y Braulio Arenas, y la Mandrágora talquina, y las payas de la cruz del trigo en la placeta y de Rokha salando sus mares poéticos. Repoetizar es el gusto y el sentido de leer poesía.

10) ¿Es usted quien asume el rol del personaje principal de su novela “El orden de la lluvia”, o fue inspirado en algún locutor de radio?

  • Esa conspiración de letras que se articula en el texto oral, se mueve en una técnica novelesca y se lee como cuentos, es un ojo nuevo al pasado. Su narrador vive en la agnición de sus personajes, dentro de una atmósfera lluviosa, tan personal y eléctrica que sus alucinaciones espirituales y literarias  abren una cosmovisión pueblerina singular y dan asentamiento más que geopolítico al territorio maulehuino, es muy posible que sea mi alter ego. Alguna vez tuve un programa radial en la emisora de la Universidad de Talca, durante cinco años mantuve un espacio literario. Se cerró abruptamente, nunca supe qué razones hubo.

11) ¿Qué prefiere como forma de expresión literaria, la narrativa o la poesía? ¿Por qué?

  • Cuando intenté escribir un texto dramático topé con que lo probable no es siempre lo posible, entonces, huí. Continente y contenido dramático no estaban en mi dimensión ficticia tropológica, retórica. Quien me acunó fueron esas expresiones, puesto que el problema del referente —como representación de la ficción— es mayormente líquido, sutil, elástico en ambas.Yo necesitaba mucha libertad [entendida como no acoplarme al rigor del género y sus específicos, el género en un total literario, no lo asumo] esa dispersión sintáctico—semánticas, me eran dadas por la poesía y la narración o la relatación cuyo sentido me permite el aspecto remático.

12) Le invitamos a dirigirse, a las y los futuros lectores, para que se sumerjan en su mundo literario.

  • ¿Por qué dejó de leer literatura Ud? ¿Cuál fue el libro que más le siguió por años en su recuerdo? ¿Cuál o cuáles personajes literarios son importantes para Ud? ¿Qué opinión tiene de la literatura del Maule? Cada vez que pudiese contestar estas interrogativas estaremos casi dispuestos a revalorar el sublime ejercicio de leer literatura. Lo que estaría faltando al cas